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jueves, 22 de enero de 2009

El idioma que mas se escucha en India

Dicen que en India se hablan más de 1.600 idiomas diferentes. Esta cifra puede parecer exagerada si estamos tratando de países de nuestro entorno con un tamaño convencional, pero no lo es tratándose de un vasto país en el que habitan más de 1.100 millones de almas, o al menos de cuerpos. Entre las poblaciones con diferentes hablas dentro de India se comunican en inglés, idioma que conocen históricamente debido a su pertenencia al glorioso imperio británico hasta su independencia en 1947. Los idiomas más hablados en India son el Hindi y el inglés, aunque si uno presta atención cae en la cuenta de que eso no es del todo cierto. Sólo hay que dar un paseo por cualquier calle de Delhi a cualquier hora del día para darse cuenta de que existe un idioma en India que se escucha mucho más que cualquier otro: el claxon de los vehículos que transitan por las ateroscleróticas calles de la capital. Es, además, una de las cosas que le llaman a uno más poderosamente la atención y, seguramente, una de las que se quedan grabadas de forma más perdurable en la probable zona del cerebro dedicada a la memoria sonora.
Tocar el claxon en India es algo más que un acto de comunicación, es un signo de identidad, una acto de comunión casi místico que te hace estar en conexión constante con los que te rodean. No en vano el sonido no deja de ser una vibración que se produce en el aire y que viaja de un lado a otro; en este caso casi seguro que es la forma que tienen los indios de estar en contacto unos con otros trasladando sus vibraciones por el aire creando una conexión física y vibrante.
También es llamativo el hecho de que, al contrario de lo que sucede en otros lugares en los que el sonido del claxon es muy mal recibido por el presunto destinatario de esa ruidosa forma de comunicación, aquí es acogido con una amabilidad parsimoniosamente agradecida, que convierte a ese peculiar sonido en algo mucho más relevante.
Es probable que la pragmática religiosidad de India que acaba asimilando en forma de deidad cualquier representación cotidiana de su cultura que alcance cierto grado de trascendencia, acabe por encarnar nuevamente a Vishnu en una forma antropomórfica con cabeza de claxon o en alguna suerte de ser multibraquial en el que cada extremidad sostenga un claxon, eso sí, que suena en todo momento.
Es curioso que en Delhi no hay a penas semáforos, ni guardias de tráfico y casi no hay asfalto, pero a penas existen los accidentes de tráfico. La única forma, pues, de dar trascendencia al acto de conducir por la ciudad es tocar el claxon. Ya sea en coche, rickshaw, moto o bicicleta, la única cosa que hace que los indios formen parte de esa misma realidad viscosa que recorre escandalosamente las calles, es comunicarse a través de su hipertrofiado claxon.
Si alguien quiere venir a India y quiere hacerse entender, mejor que aprender hindi, o inglés, es aprender a tocar el claxon y, más que eso, tocarlo.