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jueves, 12 de noviembre de 2009

El baño de la reina, el día de muertos más muerto y otras historias de auténtico terror



El que diga lo contrario miente, las cosas sucedieron tal que así:
el domingo 1 de noviembre me levanté zombie por la mañana después de haberme acostado a las 4 después de una noche fiestil y discotequera (o algo parecido) y en este estado me dirigí hacia la estación de autobuses de San Cristóbal de las Casas. A las 5 de la tarde ya estaba en Palenque, donde cogí un taxi que me llevara a Maya Bell, el hostal-camping selvático que me había recomendado Eva la flautista en San Cristóbal. Se encontraba alejado del pueblo, pero muy cercano a las ruinas mayas de Palenque, el principal atractivo del lugar. Sólo les quedaban cabañas privadas convencionales, por lo que no pude quedarme en la cabaña del árbol como me habían recomendado.

Nocturno Maya Bell


Un campista sin cabaña

El camping y sus jardines


Camping selvático

Cabañas de Maya Bell

Al poco de llegar conocí a Leonardo -bueno, mejor dicho él me conoció a mí- un tipo muy peculiar. De abuelos de Barcelona, odontólogo, residente en Villahermosa (Tabasco), de cincuenta y tantos, muy extrovertido e introbebido y que estaba pasando el puente del día de muertos con su familia en el camping. Estuvimos bebiendo cerveza y charlando hasta que fuimos a cenar él, su familia, una alemana que estaba allí con su hija y yo (todos en su coche). Nos acercamos al sitio de moda del lugar, el Panchán, donde había multitud de gente cenando y escuchando música en directo. Regresamos pronto y me fui a dormir a mi cabaña, cansado de un día tan movido.

Leonardo y su esposa Mireya


Leonardo y su familia al completo

Al día siguiente me dispuse a visitar las ruinas y fui andando por la carretera (se encontraba a unos 15 minutos). Por el camino conocí a Jana, una alemana de Dormunt que llevaba algunos meses por centroamérica. Estuvimos visitando las ruinas y volvimos a medio día. Curiosamente, cuando ya habíamos salido del recinto ruinil, nos enteramos por otros visitantes que nos habíamos dejado sin ver 'el Baño de la Reina', por lo visto una de las ruinas más interesantes. Cosas de turistas despistados.
Palenque's map


Selva palenquil


Un palurdo con paludismo apalancao en Palenque

Esta casa es una ruina


Selva palenquina

Pirámides

Más

Piedra sobre piedra


Pues eso


Seguro que el baño de la reina estaba cerca

El típico piramidismo maya

Cada uno para un lado

Los mayas tenían buenas piernas



Catarata oculta entre la maleza

Tras volver de las ruinas imaginado lo bello que sería el Baño de la Reina, me estuve dando un bañito en la piscina del hostal justo antes de que empezara a llover.
Leonardo me habló de un sitio en Guatemala que no podía dejar de visitar, Panajachel y el lago Atitlán, un lugar paradisiaco, segun me describió, rodeado de volcanes y con unas aguas tan trasparentes que se podía ver el fondo que estaba situado a kilómetros de profundidad.
Jana se pasó por mi hostal y decidimos ir al pueblo de Palenque. La familia de Leonardo se marchaba ya, por lo que se ofrecieron para llevarnos. El día seguía pasado por agua y después de comer y dar una vuelta por el pueblo volvimos al hostal. El siguiente destino de Jana era Guatemala, la turística isla de Flores, rodeada por el lago Petén Itzá en primer lugar, y en su hostal te llevaban hasta allí en un viaje que combinaba furgoneta y lancha por 300 pesos. Me convenció para que la acompañara, con la condición de que después de Flores nos dirigiéramos a Panajachel y el lago Atitlán, para comprobar lo que Leonardo me había contado. Accedió.
Por la noche (era la noche de muertos) fuimos a reservar dos plazas para el viaje a a Guatemala. A la vuelta tuve que volver solo a mi hostal por la carretera a la espera de que aparecieran dos perros canívales que ya nos habían abordado en el camino de ida (guiño a Carlos Salem). Curiosamente no aparecieron, pero fue el paseo más angustioso de mi vida y en la noche de muertos.

La famosa carretera, de día

Mortecino día de muertos (le tuvimos que hacer una foto a la portada de la guía para tener un testimonio del tema)

Jana la alemana

Me fui a dormir a la cabaña del árbol, que ese día ya había quedado disponible, a la espera de que una furgoneta me recogiera en la entrada del camping a las seis de la mañana, para llevarme hasta Flores, en Guatemala, cosa que desde luego ya es otra historia...

La famosa cabaña del árbol