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martes, 8 de diciembre de 2009

Sin faldas y a lo loco

Hola de nuevo, amigos de lo ajeno (de los blogs ajenos, en este caso).
De vuelta de Cuba -que no como una cuba- y habiendo sobrevivido, en contra de muchas opiniones contrarias, estoy de nuevo en Cancún antes de emprender mi epopéyico viaje de regreso a la Madre Patria. Como os digo, hoy martes a las 14 h (hora local) ya estaba por la turística ciudad del estado mexicano de Quintana Roo, después de un corto vuelo desde La Habana. Toda la tarde me la he pasado en un centro comercial -con lo que a mí me gustan- para comprarme ropa de invierno, ya que no tenía nada que ponerme para el clima que ahora estáis disfrutando por vuestras latitudes. Os podéis imaginar la aventura que ello supone, en un lugar en el que, por ejemplo, hoy 8 de diciembre, teníamos una temperatura por encima de los 30 ºC. Los vendedores de las tiendas han tenido que rebuscar en los almacenes ropa de cuando la segunda glaciación y al final he podido conseguir algo que, por lo menos, me protegerá del frío. Así que no os extrañéis si veis por la calle a un tipo de camino del aeropuerto con una falda plisada (de invierno, eso sí), un chaleco salvavidas robado en una tienda de fuerabordas y un pasamontañas donado por los zapatistas al museo de las causas imposibles.
Mañana salgo para Nueva York por la mañana y a las ocho de la tarde reemprendo viaje hasta Dublín desde la Gran Manzana. Finalmente, llegaré a Madrid desde Irlanda a las ocho de la tarde del jueves 10 de diciembre.
En Madrid estaré unos días, donde espero culminar los relatos del viaje, especialmente la etapa cubana, que a buen seguro no decepcionará a nadie -excepto a Fidel-. También espero sobreponerme de todo lo acontecido durante estos meses de enloquecido trasiego, aunque teniendo el bar Bukowski cerca, lo veo complicado.

Besos para todos.