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viernes, 9 de octubre de 2009

Durango, el café Brasil y otras leyendas de dudosa credibilidad

Así fue. Llegué a Durango (capital del estado del mismo nombre) después de un tortuoso viaje de siete horas en autocar atravesando por retorcidas carreteras la Sierra Madre Occidental y la Madre que la Parió. Llegué sobre las 21:30 al Hotel Buenos Aires, residencia de cucarachas y de, quizás, otros seres menos inofensivos. Al día siguiente, me cambié al Hotel Catedral Plaza, algo más caro (o mejor, menos barato) pero capaz de hacer que uno se sienta a gusto, sin tener que compartir habitación con individuos de otras especies de dudosas costumbres higiénicas.

La ciudad es bonita, aunque todo lo interesante se concentra en cuatro calles, si no en dos, y sobre todo en las dos plazas de reminiscencia colonial que adornan la ciudad: la Plaza de Armas y la del Cuarto Centenario.

Plaza del Cuarto Centenario de día

Plaza del Cuarto Centenario de noche


Soportando los soportales

Otro de los descubrimientos interesantes en la tranquila ciudad de Durango fue el Café Brasil, situado en una antigua casona del centro que en su momento vio nacer a la actriz mexicana más famosa de todos los tiempos, Dolores del Río, que llegó a conseguir un óscar (según pude conocer de boca de sus orgullosos propietarios). Sus antiguas paredes albergan multitud de leyendas sobre tesoros escondidos y espíritus que en algunas ocasiones han decidido poner de manifiesto su existencia sobresaltando a más de un cliente.
En el bar, pasé largos ratos de interesante conversación sobre la ciudad, sus leyendas, la situación socio-política del país y las peculiaridades lingüísticas que diferencian el español de España y el de México, que haberlas haylas. Además, en el bar hacen exposiciones y proyecciones de cine. Para qué ir a museos e iglesias si todo lo puede encontrar uno en los bares. Por cierto, que también tenían cafetara italiana para hacer espressos, cosa poco común en México.


Entrada del Café Brasil

El Café Brasil y unos de sus simpáticos camareros

Después de este espacio patrocinado por el Café Brasil, el café de los muy brasileros, pasaré a relatar alguna de las leyendas que abundan en la ciudad.

El ángel-demonio
En lo alto de las dos torres de la catedral, basílica menor de Durango, aparecen sendas figuras de ángeles que portan una cruz. En una de ellas, la de la torre derecha, si la observas con detenimiento denoche se puede identificar en su rostro una calavera. En la foto no se distingue muy bien, pero en vivo puede verse perfectamente. Bueno, esto más que una leyenda es una anécdota, pero no iba a hacer otra sección de anécdotas.


El ángel-demonio de la catedral


La leyenda de la monja llorona
La leyenda cuenta cómo una monja tuvo relaciones con un militar que tuvo que marcharse a la guerra. Como no podía ser de otra manera, él le prometió que volvería a buscarla y ella subía a la torre cada noche a rezar , en espera de que su amado volviera. La versión más morbosa determina que la monja estaba enbarazada, otras versiones para todos los públicos no dicen nada sobre este extremo. Finalmente, llegaron noticias de la muerte del militar y la pobre monjita se suicido lanzándose al vacío desde la torre de la catedral. Por supuesto, la noticia sobre el fallecimiento del militar era falsa y el amor de los pobres infelices quedó truncado para siempre. Es evidente la influencia romeo-julietesca sobre la historia. Lo que desconozco es qué hizo el militar al enterarse del desdichado final de su amada, pero para redondear la historia imagino que se suicidaría también.
Supuestamente, en la ventana de la derecha de la torre puede apreciarse un juego de sombras y luces semejante a la figura de la pobre monja rezando y llorando por la suerte de su amado.

La supuesta sombra de la monja llorona rezando

Bueno, y eso es todo. Podría contar más historias sobre sombríos acontecimientos del pasado de Durango, pero no lo voy a hacer para no pecar de aburrido. Bueno, aunque bien mirado, así estaría a la altura de mis nunca bien ponderados seguidores de blog, que no se dignan a dejar un mísero comentario.

La estación del ferrocarril ahora en desuso para pasajeros


Imagen del tiempo de Durango


Iglesia de San Nosequé


Y el jueves 8 de octubre agarré el camión con destino a Zacatecas, capital del estado del mismo nombre, a la que llegué a media tarde, pero eso ya es otra historia.